Irene Bielsa X Boogaloo

Esta propuesta surge del corazón del campo, de la belleza espontánea que brota sin permiso entre surcos y laderas. Inspirada en las flores silvestres que nacen libres de la tierra, la pieza celebra la fuerza natural de lo salvaje y lo auténtico.

El diseño se construye sobre un vestido de silueta poderosa: un corpiño ceñido que marca la figura y una gran falda con vuelo generoso y cola que se despliega como una extensión del paisaje. La tela de yute, de textura cruda y alma rústica, se convierte en un lienzo vivo al ser completamente cubierta por flores confeccionadas en el mismo tejido y por flores naturales que brotan sobre ella.

La base de la obra, decorada con las mismas especies vegetales que componen el vestido, prolonga la conexión con la tierra, como si la creación entera hubiese germinado del suelo.

Esta pieza es un homenaje al equilibrio entre lo humano y lo natural, una celebración de la vida silvestre que nos rodea, nos inspira y nos recuerda que la belleza también florece sin domesticar.